Juan Javier Chacón Castillo, nació el 07 de Febrero de 1980, hijo de la también escritora y poetisa Elena Castillo y del Maestro artesano Juan José Chacón, recibió su educación de su mentor, Monseñor Lorenzo Voltolini Esti, que lo acojio bajo su tutela, a quien también llamará «taita» que significa «padre» en quechua idioma indígena nativo de uno de los pueblos naturales de Ecuador.
De cuna humilde y zamarro sencillo, creció, el tercero de 5 hermanos, su vida pasa entre la niñez inocente, los juegos saltando a las piedras del rio y los rulimanes de las mecánicas de la estación .
De su ciudad natal, Latacunga, la sultana del Cotopaxi, encantadora tierra de listos y bribones, de amores y pasiones, de pobres y de los que aparentan no serlo, le quedan sus recuerdos del salto, la escuela «Isidro Ayora» del colegio «Hermano Miguel» y del futbol en el SEMAY.
Negado para los deportes, se cae solo con mirar el balón, sin embargo siempre fue veloz para correr después de tocar los timbres de esos portales que no eran suyos.
La suerte de tener a su «taita» le dio esperanza y le salvo de la época en que las sombras hicieron que dejara a sus espaldas los faros apagados de esa tierra que le vio nacer, pero que tan ingrata fue con su cariño.
Aún sin dejar de ser un niño, abandonó Latacunga y se mudo con su familia al norte del Ecuador, su nuevo puerto le dio fuerzas, amistad, y al amor de su vida.
Otavalo, en la provincia de los lagos acogió al niño que se hizo hombre, fue haciéndose entre obras de teatro, monólogos inventados, bailes y corografías, encontró esos amigos, esos 3 amigos que son para siempre.
En Otavalo dejo el seminario menor, por amor. Pues el destino y las caprichosas letras de 700 poemas que le escribió a la niña de luz que se cruzó entre su alma oscura y su vida sin sentido, confabularon para sean sus ojos su sostén y sus manos el soporte que hoy hacen de él, sencillamente, un enamorado.
Ese mismo amor, le hizo cumplir una promesa, «la próxima vez que nos veamos, será en el aeropuerto de Madrid, te fallaré muchas veces, pero puedes estar segura solo de una cosa, cruzaré 100 veces el mismo océano por estar contigo» el 20 de enero de 1999, aterrizaba en el aeropuerto de Barajas, en Madrid, España.
No fue fácil, ni fueron pocas las piedras que lastimaron los pies de estos dos amantes, más el tiempo fiel testigo de sus batallas, de llantos, tormentas y tempestades, puede testificar que 23 años después, Madrid es su segundo hogar, España su tierra y la mujer a la que le debe promesa eterna, es su amante, su esposa, su amiga, compañera, timón y timonel de la familia que han formado junto a sus 3 hijos, Nerea, Juanito, Lorenzo y su amigo fiel e inseparable Lucky un perro mestizo, que lleva en su pelaje el sol por color de piel, más en sus andares la elegancia del paso de un rey.
A trabajado desde los albores de su (i)responsable juventud, sin dejar de hacerlo ni un solo día.
Jardinero, Chico de mercadillo, pintor de brocha gorda, auxiliar de personas mayores, y hasta vendedor de lámparas llenan las hojas de su currículum.
A vivido como a querido y como le han dejado, Ecuador, Italia y España han sido su casa durante años, pero es a España a la que llama hogar.
La vida siempre caprichosa con él, le dio otro regalo, permitiéndole trabajar en la casa del Maestro Eugenio F. Granell y de su esposa Amparo Segarra, nunca fue un empleado, como decía D. Eugenio, era «una amigo que le ayuda a seguir viviendo» de ellos aprendió a ver el amor como una forma de vida, el sentido a la igualdad, la fuerza para soñar y no parar, pero sobre todo, encontró en el Maestro Granell un amigo que le descubrió el surrealismo como una forma de vida, le enseño a encajar en el mundo, hasta que un 25 de Octubre se despidió de él, «mientras le sostenía la mano derecha y en la otra a su amada, D. Eugenio dijo: me voy feliz, a aun lado está mi amigo y al otro, la mujer que amo. Gracias» y en un suspiro se marchó.
Primaveras e inviernos han ido y venido, el destino coqueto, le dio a nuestro protagonista sonrisas mas que lágrimas, noches en la plaza santa Ana, en al puerta del sol acogieron las melancolías, mientras los rayos de Toledo y Salamanca le llenaban de inspiración.
Una vez más Madrid, le extendió su manto, con casi 28 años, encuentra su primer trabajo de informático y su nuevo mote, un apodo con el que contento asumiría la condición de nuevo ciudadano del mundo. Desde entonces Jota Jota, a estudiado, autoeducado, fusionado amaneceres y anocheceres aprendiendo códigos, sistemas, procesadores y placas, dándole hasta hoy, más de 14 años de experiencia profesional en el sector de la seguridad, soporte y mantenimiento informático.
Junto a su esposa, fundan el 13 de Noviembre de 2013 HDD INFORMATICA.
23 años han pasado desde que una promesa se hiciese verdad, pero aún hay toda una eternidad para seguir escribiendo, dibujando letras, trazando palabras y construyendo frases que solo se hacen párrafos de ilusiones y sueños porque nacen del corazón.
«Escribo porque tengo algo que decir, escribo porque alguien quiere ver y oír, escribo porque soy dibujante de pasiones, diseñador de sueños, arquitecto de sentimientos, pero sobre todo esclavo de sus besos, adicto de sus caricias y trovador con pluma que escribe sus pasiones para que ella lo pueda leer».
Juan javier Chacón C.
Deberías escribir, tienes tanta imaginación…, tanta que llenarías bibliotecas con tus historias. (todo el mundo a JJ después de preguntarle de dónde vienes).
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